lunes, abril 02, 2018

“No tengas miedo, los monstruos no existen”, le digo a mis hijos cuando despiertan asustados en mitad de la noche. Durante unos segudnos no saben dónde están, creen que aún siguen dentro de esa pesadilla terrible que les hizo gritar y trato de hacerles regresar a la realidad para que se calmen. A veces necesitan dormir en mi cama para que se les pase, temiendo que el monstruo del armario vuelva a asomarse para llevarlos consigo y yo les consuelo asegurándoles con firmeza que mataré a todos los monstruos que se atrevan a molestarles. Eso parece darles confianza y les permite volver a conciliar el sueño. Sin embargo no hay nada que me diga a mí mismo que sea capaz de consolarme y me permita dormir en las noches de insomnio en las que los monstruos vuelven a salir del armario para atormentarme sin remedio, aunque trate de engañarme repitiéndome una y otra vez que no debo tener miedo, que los monstruos no existen y que nadie va a hacerme daño.

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