sábado, agosto 04, 2018

Siempre acabo dando demasiadas explicaciones, sobre lo que hago, sobre lo que soy, de dónde vengo o a dónde voy. Explicaciones que ni siquiera nadie me pide, como si tratara de justificarme por todo, como si me sintiera culpable de algo, aunque no sé de qué. Es una necesidad interior que me obliga a hallar una razón a todos y cada uno de mis actos y a tratar de convencer a todo el mundo de que hago lo correcto, para así después poder convencerme a mí mismo. ¿Lo ves? Ya lo estoy haciendo de nuevo, no sé a qué viene todo esto, si ni siquiera te conozco y si te he visto no me acuerdo, pero sentía que por algún motivo extraño debía explicar por qué escribo esto.

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