domingo, septiembre 23, 2018

No quiero olvidarte pero te olvido. No quiero sucumbir al empuje del tiempo y el rencor, porque fuiste alguien importante en mi vida con quien compartí lo mejor y lo peor que tenía. Y sin embargo, de repente me descubro que ya casi nunca pienso en ti, que enredado en la rutina y la prisa cotidiana mi cabeza apenas frecuenta tu recuerdo ni añoro tus miradas y si paso por un lugar donde fuimos felices no siento nada especial. Y lo peor es que cuando lo hago nada se remueve en mi interior, como si no fueras para mí distinta de tantos cientos de personas que cruzaron accidentalmente por mi vida y cuyo nombre ya ni siquiera recuerdo. Y me duele tanto que sea así que hace que me sienta en deuda contigo, culpable de no haber conservado tu memoria con cariño como si te hubiera traicionado, y me avergüenzo profundamente por ello. Me da rabia comprobar que ya no significas nada para mí, yo que juré no olvidarte jamás y lloré amargamente cuando te marchaste. Qué extraño, ahora que he conseguido olvidarte, me doy cuenta de que no era esto lo que quería.

No hay comentarios: