viernes, octubre 05, 2018

El trato es muy sencillo, tú sé solo quien eres y no me pidas que yo sea quien no puedo ser. No pretendo que cambies tu forma de pensar y de actuar, pues en ese caso no serías tú. Pero a cambio solo te pido que no mires a nadie para envidiar sus dotes, no me compares ni me corrijas, no exijas aquello que no te puedo dar. No me digas el qué sino el cómo. Porque te juro que lo he intentado, que he entrenado día y noche para superar mis defectos y agradarte y aun así tengo la impresión de que sigo sin conseguirlo, por lo que comprendo que esas virtudes que deseas para mí no están a mi alcance. Hoy te ofrezco mi derrota, reconozco al fin mis límites y mis excesos, no prometo más que lo que tengo y luchar por aquello que quiero, pero no puedo asegurarte resultados, solo esfuerzo y valor para arriesgarme y tal vez así podamos encajar. Y si no te basta con eso, tal vez no soy la persona que buscabas.

1 comentario:

Mujer Virtual dijo...

Suficiente y más ... todo lo que se busca y se desea, la total honestidad y la confianza.
Un abrazo, Bernardo