martes, septiembre 03, 2019

La sensación de empezar de cero cada vez, de que no vale nada de lo que has aprendido, que olvidaste la lección y todo vuelve a comenzar de nuevo. La confusión ante lo repetido y el miedo a lo diferente, pues nada regresa igual pero tampoco es tan distinto, incapaz de recordar cómo llegaste a este lugar extraño y conocido. Entrar poco a poco en el agua helada creyendo que no sabrás nadar, porque nunca es el mismo río. Sentir que no lo lograrás, que tus dotes son insuficientes, que todo fue casualidad, que la fortuna esta vez no estará de tu lado y que segundas partes no tienen sentido. Atrapado en el tiempo, tus logros desaparecen al amanecer y tienes que escalar la misma montaña sin descanso arrastrando la experiencia como un lastre del que no obtienes ningún provecho y solo sirve para recordarte los errores que cometerás inevitablemente, mientras piensas que no sabes qué esperar de los demás y mucho menos de ti mismo, que has olvidado quién eres y por qué estás aquí y que no sabes cómo hacerlo de nuevo.

3 comentarios:

Susana dijo...

Es duro el camino. Un beso

Rosa Mª Villalta dijo...

Así es; es como un círculo vicioso del que no se puede salir; o de un laberinto sin salida.

Me ha gustado mucho tu reflexión.
Saludos.

brenllae9@gmail.com dijo...

Ensayo y error. Un paradigma universal. Saludos.