domingo, mayo 03, 2020

Es normal dudar al principio, tener miedo de lo que vayas a encontrar ahí afuera más allá de lo que se ve por tu ventana. Desconfinar es desconfiar, sospechar que lo que te espera no es tan bonito como nos lo habíamos pintado en los momentos de mayor necesidad. Te sentirás indefenso y perdido incluso en los lugares que frecuentabas, mientras tratas de recuperar poco a poco las distancias adecuadas con cada una de las personas que te importan. Nunca estaremos libres de peligros, el mundo no es un lugar idílico, pero no puedes quedarte por siempre en la casilla de salida, hay que lanzar el dado y avanzar firme hacia la meta aun a riesgo de que puedan comerte o caer en una trampa. Todo era más sencillo visto desde arriba, donde nos sentíamos a salvo protegidos por arcoiris, canciones y aplausos. Era más fácil quejarse cuando la responsabilidad le correspondía a otros, mientras tú permanecías aislado en tu burbuja protectora mirando el mundo desde una pantalla. Ahora nos toca a nosotros tomar las decisiones. Tienes derecho a tener miedo, es casi necesario, no vas a ir por ahí como pollo sin cabeza sin tomar precauciones y que de nuevo te hagan daño, pero también lo es la esperanza. Puedes elegir quedarte en casa, de hecho es lo más sensato, yo lo haría si pudiera, pero en algún momento tendrás que armarte de valor, asumir el riesgo y tratar de retomar tu vida por donde la dejaste. Tal vez no sea la misma pero seguro que, a pesar del peligro, encontrarás sin duda cosas que hagan que arriesgarse valga la pena. Si se deciden a hacerlo, por favor, tengan cuidado ahí fuera.

2 comentarios:

Susana dijo...

Hay que seguir adelante. Un beso

CleveLand dijo...

Hay que aplicar el sentido común y seguir las reglas básicas de convivencia y civismo. Así podremos, poco a poco, reconquistar el terreno perdido por la confianza y puede que sea incluso mejor que antes.
Saludos!