viernes, marzo 14, 2025

Mis silencios me protegen. Durante mucho tiempo no lo supe. La impaciencia, la rabia o el dolor me hacían decir cosas de las que más tarde me arrepentía. Era incapaz de morderme la lengua, incluso hacía gala de mi sinceridad y atrevimiento que lucía como emblema, como un kamikaze sentimental lanzándose orgulloso al abismo. Eso me hizo mucho daño. Hoy sé que es mejor callar que decir la verdad, matar las ganas de gritar lo que sientes hasta que ya no sientas nada. Pero también me doy cuenta de que eso transforma mis relaciones en una farsa, una vulgar comedia hecha a base de engaños y apariencias en la que nunca sabrán lo que piensas realmente y eso nos aleja para siempre, convirtiendo todo en una gran mentira en la que no quiero participar.


 

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