viernes, enero 10, 2003

Es fácil sentirse perdido, viviendo en un mundo extraño rodeado de desconocidos que he olvidado.
Es una extenuante labor diaria que nunca acaba, aunque a veces hayamos creído superar esa sensación siempre vuelve implacable.
Cada día intento que la realidad no me supere, trato de entender aunque sea mínimamente lo que ocurre a mi alrededor, analizo cada movimiento, cada signo que contemplo, pero todo acaba escapándose de mis manos impotentes.
Nunca me creí escasamente dotado pero confieso que soy incapaz de comprender nada de esto, que no dispongo de los medios necesarios para hacerlo, y la vida se convierte una vez más en una incesante lucha contra el desconcierto que nunca venceremos.

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