martes, enero 14, 2003

Ven, acompáñame desnuda de memoria y deseo a ese oculto lugar donde habita el olvido, donde el pasado es ficción inverosímil y el dolor se apaga pronto abandonado en el desierto.
Todos esos recuerdos que te dañan, esas mentiras con las que hemos vivido tanto tiempo, no tienen sitio en ese espacio sagrado, morirán mucho antes que nuestros cuerpos.
Déjate llevar confiado por senderos que conozco bien pues son mis preferidos, caer en la inconsciencia del momento único incapaz de repetirse, en el que no busquemos aplazar el placer en el recuerdo porque no seremos capaces de evocarlo, y entonces al fin, olvidemos juntos tantas cosas equivocadas que aprendimos indefensos.

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