viernes, mayo 28, 2010

Pero fracaso al intentar atrapar la tarde lluviosa que aún nos refugia, tratando de explicar este instante imposible descomponiendo los estímulos incesantes que me asaltan sin piedad en un escenario de ficciones compartidas de extrañas sensaciones que intento describir evitando recurrir a las habituales palabras desgastadas por la costumbre, porque nada de esto es real, lo sé, nada de lo que existe perdura y todo se desvanece sin que consiga entender algo, descifrar su código impenetrable, todo se me escapa convertido en recuerdo, todo es memoria u olvido, testigos que mienten sin saberlo, porque nada es como creemos, nada queda de lo que ha sido, sólo mentiras y espejismos que aun a veces consuelan, recuerdos falaces que perpetúan algo que no existió más que por el deseo, provocando obsesiones ingenuas y todo esto quedará sepultado por miles de recuerdos vulgares que harán de nuestro tiempo una anécdota más tan distinta de lo que fue y quizás mañana nada de esto haya sucedido o no seamos capaces de recordarlo y ni siquiera lo lamentemos.

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