lunes, junio 28, 2010

Llevo toda la vida “replanteándome” las cosas. Nuevas situaciones conllevan nuevos compromisos. Y sin embargo nada cambia en lo esencial. Al final acabas haciendo las mismas cosas (con otro aspecto no demasiado diferente), la misma gente (con otros nombres o rostros similares), las mismas decepciones (con otras semejantes expectativas frustradas). Los cambios sólo afectan a lo superficial, a la apariencia fugaz de las cosas, no es para tanto, al final seguimos siendo los mismos pobres diablos incapaces de mejorar nada.

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