lunes, abril 16, 2018

Me gusta ver la cara de mis enemigos cuando las cosas me van bien. Todos aquellos que te miraban con desprecio o suficiencia cuando te vieron hundido y que se encargaron de hacer leña del árbol caído, ahora callan o critican menospreciando tus logros. Quienes se creían superiores y te restregaban sus dudosos éxitos por la cara, quitan valor a todo lo que hagas. La gente no soporta que consigas aquello en lo que ellos han fracasado. Si no fue suyo, prefieren que no sea de nadie. No improta lo que tú hayas luchado por alcanzar esa meta, da igual si ni siquiera lo intentaron, en su mente no lo mereces más que ellos. No saben que tú lo hiciste solo para demostrarles que no son mejores que tú, que su envidia es tu medalla y que nada de lo que digan podrá ensombrecer tu triunfo.

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