miércoles, mayo 16, 2018

Todo laberinto tiene una salida. Puede que en algún momento creas que no es así y sientas que te has perdido para siempre como un niño que no encuentra a su mamá. Puede que ni siquiera sepas cómo te metiste en él, pero eso ya no importa. Después de dar mil vueltas en torno a un mismo punto, gritas desesperado pidiendo que alguien te saque de allí, pero no hay nadie que acuda al rescate, por lo que tendrás que apañártelas tú solito. Te lamentas por no haber dejado un rastro, alguna señal que te ayude a encontrar la salida, de no haber hecho las cosas de otra forma, lamentas tus errores, pero ya es tarde para volver a empezar. Tal vez tardes una hora, un día o varios años, pero si perseveras y tienes el valor suficiente y la calma necesaria que te permita pensar con claridad, acabarás dando con la solución, aunque ahora mismo, cuando todo te parece definitivo y no encuentras sentido a nada, pienses que nunca podrás escapar de la prisión en la que cada día te consumes.

No hay comentarios: