jueves, mayo 17, 2018

Y casi sin darnos cuenta caemos en las redes y nuestra voluntad se desvanece. Nos vemos atrapados en rutinas vulgares que nos someten y nos alejamos de la vida que antes teníamos, atraídos por un apetitoso cebo que nos prometía una satisfacción plena y no fue más que un breve bocado envenenado por el que pagamos un precio demasiado alto. El problema es que ni siquiera somos conscientes de ello, ignoramos lo que hemos perdido en el trato y, arrastrados por el suave balanceo de la marea, no deseamos ya escapar, pues nos complace esa vida cómoda que elude toda complicación, sin pensar en lo que dejamos afuera, mientras aguardamos inconscientes a ser devorados.

No hay comentarios: