No tengas prisa, tómate tu tiempo antes de decidir, consúltalo
con la almohada, pregunta a las estrellas, llama incluso a un vidente
si te hace falta. No te apures, asegúrate de tomar el camino
correcto, porque después no habrá marcha atrás y tendrás que
aprender a convivir con el fruto de tus decisiones y cargar con la
culpa a tus espaldas. Por eso, antes de actuar, piénsalo muy bien. Qué vas a hacer con el resto de mi vida.
2 comentarios:
Mucha vida por decidir, ¿no? Mucha responsabilidad...
Pues si,en ocasiones hay que pararse a pensar un poco porque las decisiones que tomamos en hoy en día repercutirán en el mañana,al igual que en hoy en día repercuten en nuestro presente las del pasado.
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