jueves, agosto 02, 2018

El problema es cuando tu felicidad (odio esa palabra, llamémoslo mejor bienestar emocional) no depende de lo que tú hagas sino de lo que hagan los demás. Deseas con todas tus fuerzas que algo pase y te quedas sentado esperando a que otros actúen por ti sin hacer nada para que eso suceda. Te conviertes en una persona pasiva, indolente, insegura, incapaz de valerse por sí misma y te sometes a la tiranía de los otros que nunca te satisface, pues nadie puede adivinar tus pensamientos si no das ninguna señal. Tal vez esperas que alguien venga a sacarte de tu cueva, que acuda al rescate y solucione por ti todos tus problemas, pero tampoco buscas a nadie que lo haga. Es como si esperaras un milagro, una aparición o un golpe de suerte fortuito, cosas en las que no creo. No te voy a dar ningún consejo, porque yo también he caído en eso y a veces aún sigo haciéndolo, pero ¿no crees que deberías de empezar a revisar algunas cosas?

1 comentario:

Recomenzar dijo...

Percibir
todo está en esa palabra
la gente percibe las cosas a su manera
¿ Solución??
Vivir sola y libre tu carrera