viernes, agosto 24, 2018

Si quieres saber quién soy, dime quién eres. Tengo tantas razones para quererme como para odiarme. Estoy herido, pero no sangro. Estoy dolido, pero no lloro. Estoy soñando, pero no duermo. No guardo rencor ni mucho menos silencio, te diré todo lo que no quieras esccuhar y me guardaré los cumplidos para mí. No voy a esperar hasta que te decidas ni me iré cuando ya no me busques. Soy una promesa incumplida, una hipoteca para toda tu vida y seré un recuerdo doloroso cuando ya no esté, un motivo para el arrepentimiento, una deuda pendiente que nunca se salda del todo. Pero a cambio te daré todo lo que quieras sin reclamarte la vuelta, no soy de ahorrar esfuerzos ni de pedir la cuenta, te creeré incluso cuando no mientas. No quiero engañarte, no tenemos posibildades de éxito, pero fracasaremos de un modo brillante que siempre recordaremos, y si a pesar de todo eso aún quieres conocerme no tienes más que preguntar.

1 comentario:

keren dijo...

Dónde hay una mente clara y esfuerzo por quererse se consigue lo que relatas. De hecho, es contagioso. El problema es que nos malmetemos pensamientos que no nos corresponden. En diferentes circunstancias y en ocasiones innecesariamente. Te invito a mi blog. El Rincón de Keren.

P.D.: No sabía dónde ponerte el nombre así que espero que puedas perdonarme la mención del blog. Por cierto, te sigo por instagram ¡¡Excelente!!