lunes, agosto 06, 2018

Y de repente me sorprendo pensando de nuevo en buscar un poco de calor, ilusionándome por unas palabras amables o un gesto de complicidad. Descubro que, sin darme cuenta, he empezado a imaginarme un futuro ideal, a creer en la empatía y la sinceridad, a confiar en las personas, y mi corazón (o lo que sea) despierta del letargo para sentir con fuerza, mi mente recorre senderos peligrosos que me había prohibido transitar y el deseo se desboca sin que exista ningún motivo, dejándose llevar por un espejismo cruel sabiendo que nada de eso es real y que mañana volveré a arrepentirme, a maldecir, a llorar, a jurar que nunca más. Pero no, no puedo dejar que esto se me vaya de las manos, no caeré otra vez en el mismo error de siempre. No, no quiero de nuevo, porque conozco el final, volver a las andadas.

1 comentario:

Una Chica del montón dijo...

Triste pero muy bonito tu texto :)
Todos pasamos por eso en ocasiones así que ánimo que el tiempo todo lo cura ^^