miércoles, septiembre 26, 2018

El que pierde siempre es el que más aprende. Descubrir en qué se equivocó es lo que le hace más fuerte para no volver a caer. El ganador solo obtiene el dudoso honor de la victoria, pero nada que le ayude a mejorar. El triunfo debilita, te acomoda, te atonta, pues te hace creer que con lo que has hecho será suficiente para volver a conseguirlo. Aun así no desdeño la victoria, la efímera gloria del instante y desconfío de los cientos de triunfos volando que el futuro promete. Ya he aprendido lo suficiente como para saber que es mejor ganar que perder, reír que llorar, ser amado que amar, y no pienso darte ninguna ventaja la próxima vez. Tal vez así aprenderás tú también la lección.

1 comentario:

Mujer Virtual dijo...

Creo que en las relaciones ambos ganan, ambos pierden, unos más, otros menos pero el sentido de vacío al menos por un momento se siente

Un abrazo