martes, septiembre 04, 2018

No quiero hacer de mi vida una carrera. Hoy me he parado a repostar y me he dado cuenta de que siempre ando luchando contra el tiempo para alcanzar las metas que me propongo y que antes incluso de conseguir una ya estoy pensando en la siguiente, por lo que nunca disfruto de lo obtenido. Voy de objetivo en objetivo dando todo mi esfuerzo como si creyera que tengo siempre que estar luchando por algo nuevo que ni siquiera sé valorar del modo adecuado. Si veo que pierdo el tiempo, enseguida se apoderan de mí los nervios y me obligan a ponerme en acción, y si algo me lo impide la rabia me corroe por dentro y me siento un inútil sin sentido que está perdiendo todos los trenes que pasan por mi vida. Ya sé que no debería ser así, no es algo que haga conscientemente, sino un pensamiento recurrente que me impide acomodarme en ningún lugar seguro largo tiempo y me empuja a una continua búsqueda de cosas que ni siquiera deseo. No tengo nada que demostrar, no hay nada que deba hacer si no quiero, porque no hay más meta que disfrutar del camino, con sus aciertos y tropiezos, y es algo que áun debo aprender a hacer.

1 comentario:

Mujer Virtual dijo...

Bien dicen que no es importante la meta, lo es el camino, tiempo hay para aprender a disfrutarlo
Saludos