lunes, septiembre 17, 2018

No quiero salir ileso de ti. No quiero ahorrarme la resaca de tan intensa experiencia ni saltarme la penitencia por pecar contigo. Encontrarte fue un impacto demoledor, un estallido de vida y pasión incomparable, un suceso memorable que siempre evocaré. Después de cada aterrizaje forzoso en tu cuerpo, cada nuevo choque brutal de piel contra piel, me costaba recuperar el aliento y ponerme en marcha. Porque he quemado todo el combustible que me movía y ya no soy el mismo que era antes de conocerte ni lo quiero ser. No negaré el dolor de tu partida ni fingiré que no me importa. No voy a borrarte de mi historial sino a guardarte en mis favoritos. No voy a ocultar los desperfectos sufridos ni las secuelas que me dejaste, pues son las medallas de las que presumo y luciré con orgullo el resto de mi vida, la misma que estuve a punto de perder al colisionar con la tuya. No repararé los daños que sufrí para disimular mis carencias. Estas son mis heridas, las que tú me provocaste y hoy contemplo con devoción.

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