jueves, diciembre 13, 2018

Hoy aquí, mientras serenos compartíamos el silencio y erigíamos confiados destinos triunfales, he imaginado cómo recordaríamos estos momentos dichosos cuando seamos otros en lugares lejanos y no crucen nuestras vidas por los mismos transitados senderos, cuando la juventud sea solo una página gastada del pasado, nuestros sueños de esplendor hayan despertado a lo real y el olvido destuya la mitad de lo que fuimos; y así, al pálido sol caduco de diciembre, en esta fugaz eternidad detenida que a veces el tiempo concede, con la certeza de que no abundan instantes de paz semejantes y que nunca nada volverá a lo que fuera, una lágrima escondida ha dibujado mi rostro y he amado esta tarde de un modo más intenso.


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