viernes, agosto 02, 2019

Sí, si te he de ser sincero a mí también me decepciona que los coches no vuelen, que no haya ciudades en la Luna y la ciencia no haya encontrado la cura para todas las enfermedades. Me fastidia tener que madrugar cada mañana para consumirme en tareas rutinarias que no me complacen. Me siento frustrado por no poder ir a todos los conciertos, leer todos los libros y visitar las ciudades que quisiera. Me rebela que la gente mienta y busque siempre su propia conveniencia aun a costa de pisar a los demás, que haya tanta falsedad e hipocresía y que la riqueza esté tan mal repartida. Me entristece ver la miseria, el hambre y la guerra y me repugna la injusticia, la corrupción y el engaño. Sí, hay muchas cosas que no son como creía o querría que fuesen. Pero no por eso dejo de apreciar lo que tengo, no maldigo mi suerte amargamente por no conseguir todo lo que me propongo, no cierro los ojos para no ver la realidad que me disgusta impidiéndome así gozar de aquella que quiero, no exijo que se cumplan todos mis sueños y reclamo la satisfacción inmediata de cada uno de mis deseos, no lamento lo malo con todas mis fuerzas hasta llegar a tirar por la borda lo bueno, no desprecio lo que cada día me das ni exijo la perfección en cada gesto. Entonces, ¿qué esperabas de mí? ¿Lo que no existe?

6 comentarios:

Rosa Mª Villalta dijo...

¡Qué verdad y qué profunda reflexión!
Es un verdadero placer pasar por este espacio.

Saludos.

Susana dijo...

Eres una gran persona. Un beso

brenllae9@gmail.com dijo...

Pues sí, muchos dirán: Es lo que hay, y sin embargo, no deja de ser injusto. Saludos,muy buen post.

dijo...

¡Hola! Opino lo mismo, por desgracia la mayoría de esas injusticias no dependen de nosotros...
Te sigo, te espero por mi rincón.
Un saludo.
https://marca-indeleble.blogspot.com/

Emanuel dijo...

Ojala todos tuviéramos presente mirar el vaso medio lleno de las cosas, aunque la realidad nos aplaste. Todo no siempre depende de nosotros. Mas de la mitad de los días de nuestras vidas tendremos que conformarnos con lo que vivimos y nos rodea a diario. Y los demás días porque no, a seguir soñando!

Devoradora de libros dijo...

Ver las miserias del mundo y ser realista no está reñido con apreciar lo bueno que hay y ser agradecido.

Preciosa reflexión.

Saludos.