lunes, septiembre 23, 2019

No puedes renunciar a lo que fuiste. Somos el fruto de todas nuestras decisiones, entre otras muchas cosas. Nos equivocamos buscando espejismos fatales y en ocasiones maldecimos lo que ayer creímos aciertos. Es imposible empezar de cero, pues el pasado condiciona todo lo que haces y lo que eres. No existe el perdón, la redención ni la reinserción completa. Arrastraremos para siempre los efectos de nuestros errores, que tendremos que pagar a plazos durante toda nuestra existencia. Todas las condenas son perpetuas, todas las penas eternas. Nada borrará las secuelas ni te recuperarás jamás de la caída. El dolor aguarda siempre a la vuelta de la esquina. Aunque el mundo pueda perdonarte, tú nunca podrás hacerlo. Nada te librará de tus cadenas. Tratarás de olvidarlo y vivir tu vida sin pensar en ello como si no hubiera ocurrido, pero en el momento más inoportuno surgirá de nuevo el recuerdo para cuestionar todos tus esfuerzos. No, nunca estaré rehabilitado de mis fracasos, nunca despertaré de mis pesadillas, nunca estaré del todo a salvo. Porque no puedo renunciar a lo que soy ni a lo que quiero.

2 comentarios:

Susana dijo...

Y vuelven en tus pesadillas. Un beso

Rita dijo...

Los errores ques e comenten en la vida no se pueden borrar, sus consecuencias tampoco, pero hay que seguir adelante, y de los errores también se aprende. Feliz noche.