Mucha gente habla estos días de la posibilidad/necesidad de volver atrás, pero a mi parecer se trata de una huida equivocada, una respuesta desesperada ante las dificultades. La solución a tus problemas no puede ser volver al pasado, pues no podemos enmendar los errores cometidos y nos quedaríamos encerrados en un bucle sin salida. Ya sé que a muchos les gustaría que existiesen los viajes en el tiempo para poder rectificar y borrar todo aquello que les causó tanto dolor o eliminar lo que les atormenta o avergüenza, pero me temo que eso tampoco serviría de mucho, pues tarde o temprano volveríamos a caer en los mismos errores. Se trata más bien de cambiar la forma de ver las cosas, modificar actitudes y comportamientos inadecuados, adquirir nuevos hábitos que nos reconforten, transformar nuestra mirada sobre el mundo y aprender a disfrutar de la nueva realidad sin lamentarnos por los caprichos perdidos de los que nos hicimos esclavos, analizar tus ventajas y tus carencias, reinventarse, mirar hacia delante y aprovechar las oportunidades a tu alcance. Tal vez no sea la panacea, pero podría ser un comienzo.
lunes, agosto 17, 2020
viernes, agosto 14, 2020
Cada noticia no hace más que acrecentar mis dudas y retraer mi iniciativa. En todo lo que se me ocurre no veo más que problemas e inconvenientes y la posibilidad del fracaso me paraliza por completo, haciendo que me pierda experiencias tal vez inolvidables. Son tiempos de precaución, de quedarse con las ganas y arriesgar lo mínimo, pero nunca sabes de si se trata de prudencia, miedo o pereza. Piensas en lo que puede salir mal y de repente lo malo te parece mucho más poderoso que lo bueno y cualquier cosa, por pequeña que sea, te resulta peligrosa o poco adecuada. Sin embargo creo que muchas veces utilizo los pequeños obstáculos como excusas para no hacer nada y eso me deja la pegajosa sensación de perder el tiempo, la idea de que todo lo que deje sin hacer hoy ya nunca podré hacerlo, que las oportunidades que pasan no vuelven y que cada vez que prefiero no hacerlo pierdo una ocasión irrecuperable. Sé que todo lo que no une aleja, que quien dejes marchar en silencio ya no regresará, y que si se rompe la cadena del frío el producto se echará a perder. Pero tampoco puedo dejarme llevar por mis impulsos y acceder sin pensar a todo lo que el deseo propone, pues los errores son definitivos y cierran muchas más puertas que las omisiones. No sé, tan solo espero que mi indecisión no me esté haciendo perderme cosas importantes y que mañana me arrepienta por haberlas dejado escapar.