martes, diciembre 22, 2020

Bajo a la calle con la sensación de habitar un mundo raro al que no pertenezco y no consigo acostumbrarme al horror cotidiano. Poco a poco voy asumiendo la realidad, acepto mi condición y no opongo resistencia ni me dejo alterar por contratiempos banales, contemplando con desdén mis insignificantes problemas mientras trato de comprender qué es lo que todos buscamos: recordar solo lo bueno sin que la nostalgia nos desborde, esquivar el dolor cada mañana, soñar la eternidad, encontrar tu lugar, que nada te importe demasiado ni demasiado poco, no esperar nada de nadie y agradecer lo que recibamos, tener algo por lo que luchar sin morir en el intento, recibir un mensaje de apoyo o una llamada inesperada, compartir un café con alguien a quien le importas, mirar con fe al futuro como si creyéramos en los milagros... una melodía sanadora, una sillita al sol, la vida a ratos, en pequeñas dosis, mantener la esperanza y no dejar que el miedo nos alcance.


 

1 comentario:

Maria dijo...

Passando. lendo, elogiando, agradecendo, e deixando votos de um feliz e Santo Natal Boas festas.