lunes, diciembre 07, 2020

En el momento en que admites que no puedes controlarlo todo, empiezas a vivir. Durante mucho tiempo he intentado llegar siempre puntual, cumplir estrictamente con mis obligaciones, incluidas las autoimpuestas (que son la mayoría), agradar a todo el mundo en todo momento y no cometer el más mínimo error, algo que me resultaba imposible de lograr. Vivía permamentemente agobiado por la posibilidad de fallar en alguna de mis tareas, de no llegar a tiempo a una cita, de ofender a alguien de palabra, obra u omisión, de causar molestias innecesarias y, cómo no, de quedar en ridículo ante los demás. Y a pesar de todo mi esfuerzo, era incapaz de conseguirlo. Siempre había alguien a quien le parecía mal mi comportamiento, algo que no salía como deseaba, cometía errores estúpidos que después me impedían conciliar el sueño y vivía instalado en un estrés perpetuo del que no sabía desprenderme. Es un bucle peligroso que te conduce de forma irreversible a la depresión y la ansiedad.

Aceptar tus imperfecciones, reconocer que hay cosas que no dependen de ti y por lo tanto no puedes hacer nada para que cambien, soportar hasta las más absurdas opiniones con serenidad, es el principio básico para lograr una vida plena que tanto nos cuesta asumir. Conocemos a la perfección la teoría, pero a la hora de la verdad seguimos enfadándonos por lo que otros hacen, nos molestan las opiniones diferentes a la nuestra, nos desconciertan comportamientos extraños que no logramos comprender y nos hacen perder los nervios. A menudo no podemos evitar una reacción visceral de rechazo, frustración o rabia. Es nuestro instinto animal quien actúa en esos casos, pero no podemos dejar que nos domine y nos condicione hasta manejarnos a su antojo. Dejar de intentar controlar todo lo que pasa es el primer paso para que todo comience a funcionar. Tan solo respirar hondo, tomar conciencia de tu lugar en el mundo y dejar que todo fluya por sí solo sin intentar controlarlo, porque cuando comprendamos que el mundo no necesita de nuestra intervención para seguir girando cada día habremos comenzado a vivir de verdad.


 

5 comentarios:

Patricia Palleres dijo...

Sabios consejos que nos ayudan a ser mejor. Gracias

Ingrid Zetterberg dijo...

Es verdad lo que dices, es mejor dejar que todo fluya por si solo. Un gusto ha sido pasar por tus letras. Te invito cordialmente a mi blog "Joyas de mi alma"...nada más tienes que hacerle clic a mi nombre y te llevará directo a mi blog. Serás bienvenido. Un saludo.

Lua dijo...

Te doy toda la razón en lo que has escrito, esta claro que no todo depende de uno mismo
me ha encantado, me quedo por aquí!!

Los versos de ali. dijo...





me encantó lo que leí y todo muy cierto.
Hay cosas o situaciones que no dependen de nosotros y nos las podemos
controlar...Pero siempre queda poder soñar eso nadie nos lo puede impedir😊
Un cordial saludo.🌸🍀🌷

Recomenzar dijo...

un placer el encontrarte y leerte
un abrazo