sábado, febrero 06, 2021

Tengo la sensación de que mi vida se ha detenido. Se reduce a trabajar, atender las tareas domésticas y perder el tiempo ante una pantalla. Mientras tanto, el tiempo pasa desapercibido dejando pendientes las actividades que daban un poco de variedad a mis días. Todas esas cosas a las que hemos renunciado, las celebraciones canceladas, los encuentros aplazados, los proyectos indefinidos, para instalarnos en una vida de rutinas y obligaciones con escasas recompensas, una mera cuestión de supervivencia donde no caben imprevistos ni descubrimientos. A estas alturas no sirve el refugio de los libros o las series. No consigo obtener ninguna satisfacción a pesar de que lo intento. Pero aún no me resigno. Vivir no puede reducirse a esta interminable espera en la que procuro mantener viva la fe en que el mañana nos devuelva íntegro todo lo perdido, este dejarse ir sin más entre silencios culpables, despertar siempre en el mismo día, recorrer los mismos trayectos de ida y vuelta, escuchar las mismas noticias (casi nunca buenas), caminar en círculos concéntricos, repetir los mismos gestos vacíos, trabajar e ir al supermercado, mientras trato de contener las ganas de escapar, ansioso por que la vida se ponga en marcha de nuevo.


 

4 comentarios:

Nina dijo...

Me pasa igual... quedamos como dentro de una ratonera, esperemos salir pronto... besos

silvioafonso dijo...

Pô, cara. Se tens a janela e a porta
abertas, por que ficar preso dentro de
casa? Atira-te janela afora. Acredite
em ti ou, pelo menos nas tuas asas.
Esperar não é solução, pelo menos para
mim não seria, se tenho mais de 50 anos
o que tiraria deste que fala o tempo
que resta para viver.
Um abraço. Ah, estou te seguindo e
gostaria muito que me seguisses,
também.

Recomenzar dijo...

A mi no me pasa pero sigo pensando que eres un gran escritor

Josep dijo...

Parece que estés hablando de mi. Joder, que vida.