No trates de convencerme de que da lo mismo, que todo es igual, que no merece la pena luchar contra los gigantes o mirar a las estrellas y que tan sólo debemos dejarnos arrastrar a la hoguera, mirar siempre hacia otro lado y pasar de largo, negar la esperanza, romper los espejos en los que no nos reconocemos, empeñados en arrastrarnos por el fango caminando entre los muertos, aplastar el deseo, venerar el desencanto, creer a los embusteros, borrar las huellas, caer en todas las trampas sin rebelarnos por ello, fingir que el dolor no existe, despreciar lo que no vemos, pensar que no es tu problema, poblar el silencio, callar ante la indecencia. No, no vale la pena vivir de cualquier manera.