viernes, agosto 17, 2018

Podemos hacer como que no ha pasado o fingir que no nos importa y mirar hacia otro lado. Podemos mostrar una sonrisa falsa, poner al mal tiempo buena cara, intentar seguir con nuestra discreta vida burguesa como si nada. Podemos negar la realidad ante nuestros ojos, inventar un pasado ficticio, negociar con la nostalgia para que no duela tanto o solo los fines de semana. No es tan difícil, es cuestión solo de práctica, de ponerle intención, empeño y maña. Al principio cuesta un poco, pero después sale solo y es sencillo aparentar que todo va bien, que no nos pasa nada, que no nos duele la herida aunque la vean sangrar, que tampoco nos importaba tanto y ni siquiera nos acordamos, y después, cuando nadie nos vea, llorar a solas por todo lo que perdimos en el intento.

2 comentarios:

Marisa Doménech Castillo dijo...

Hola,
La vida está llena de convencionalismos, de incertidumbre, de miedos y de vergüenzas. Pero también es dialéctica y todo tiene su doble aspecto. Todas las cosas se dividen en dos, son los contrarios y el antagonnismo lo que hace que a veces tengamos que fingir. Entiendo tu crítica, la entiendo como eso, y la foto es significativa. Muy bien expresado. Me he hecho seguidora de tu blog.
Un saludo

Bernardo dijo...

Muchas gracias. Muy bueno tu comentario. Un placer tenerte por aquí. ����