jueves, octubre 18, 2018

Llega un momento en que prefieres pasarte a no llegar, porque lo peor es quedarte con las ganas. No hemos venido aquí para plantarnos antes de empezar a jugar. Morderte la lengua solo te producirá heridas que tardan en cicatrizar. Prefiero el exceso a la indecisión, la osadia a la prudencia, el valor a la modestia. Durante mucho tiempo no fue así, me quedaba siempre corto por miedo a equivocarme, contaba hasta cien antes de abrir la boca, era precavido, discreto, amable... no hacía nada que pudiera molestar a alguien, pero eso solo me produjo rabia y frustración, por lo que decidí cambiar de estrategia, porque no tengo nada que perder y no salgo nunca a empatar, porque conozco mis defectos y no me duele que me los recuerden, porque no quiero perder más el tiempo dando vueltas a la misma rotonda sin saber cómo se sale de ella, porque no voy a ser siempre el tonto que otorga todo lo que calla, porque ser valiente no es atreverse a aquello que a nadie le importa, porque no te debo nada y no tengo que guardar las formas. Así que si alguna vez me paso y eso te molesta, lo siento, pero no voy a dejar de hacerlo, porque esas son las consecuencias de mi libertad y es algo que pongo por encima de tu orgullo.

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