viernes, octubre 19, 2018

Quien se esconde tras un seudónimo, un perfil falso o una imagen genérica es porque teme algo. No deberíamos necesitar escondernos de nada ni de nadie, no se puede vivir refugiándose en la sombra continuamente sintiéndonos culpables de nuestras circunstancias. Deberíamos poder mostrar a la luz lo que somos y lo que queremos sin avergonzarnos por ello. Yo también lo hago, por supuesto, me oculto tras un caminante sin rostro y un título poético, pero tengo mis razones. No sé si me atrevería a decir lo que digo sabiendo que me lee toda la gente que me conoce y quienes me cruzo cada mañana por la calle. No sería capaz de soportar el juicio constante de mis vecinos, familiares y amigos. No debería ser así, pero es lo que ocurre. Deberíamos poder decir a la cara lo que pensamos sin sonrojarnos, ser quien soy delante de todo el mundo y no precisar de máscaras que camuflen mi realidad, pero no soy capaz de hacerlo, pues aún recuerdo todo el dolor que me causaron cuando así lo hice. Tal vez solo buscamos que alguien venga a quitarnos nuestros miedos y a ofrecernos su mano y nos diga que podemos confiar en él, que no necesitamos disfraces ni refugio que nos protejan, que podemos mostrar a los demás quiénes somos sin temer que nos hagan daño, porque él siempre estará ahí para curarnos las heridas.

No hay comentarios: