miércoles, noviembre 14, 2018

No voy a morderme más la lengua ni las ganas. Voy a decirte lo que pienso y lo que quiero en todo momento. Porque ya estoy harto de esta estúpida cautela que me ha impedido alcanzar mis deseos. Es como un muro invisible que durante mucho tiempo me ha aislado de los demás recluyéndome en la soledad. Cuántas cosas dejé de hacer en el pasado por vergüenza o precaución, cuántas personas perdí por pudor o discreción, cuántas palabras silenciadas por miedo a sus posibles efectos, cuántas preguntas nunca formuladas por temor a las respuestas. He sido demasiado prudente, he preferido no arriesgar nunca para no causar una mala impresión, he ocultado mis cartas celosamente como un tesoro que escondido no sirve de nada en lugar de despilfarrarlo alegremente como debía, y mientras tanto he dejado escapar ocasiones que nunca volverán por mi manía de no revelar nunca lo que pensaba. Maldita prudencia que me robó la oportunidad de alcanzar lo que quería. Por eso ya no pienso pecar más de precavido, no me importa si por arriesgar pierdo antes lo que de todas formas acabaré perdiendo después. Seré todo lo desvergonzado, imprudente y descarado que pueda, actuaré sin moderación y sin recato para, cuando se presente, no dejar escapar la ocasión de encontrar lo que estoy buscando.

No hay comentarios: