martes, diciembre 04, 2018

Ya no me preocupa lo que puedas pensar o decir de mí. Llegó un momento en que me cansé de escuchar críticas sin sentido y aprendí a ignorar lo que no me importaba. Incapaz de cumplir todas las normas, decidí no cumplir ninguna e inventar las mías propias, que puedo romper cuando me apetezca sin rendir cuentas a nadie. Harto de esconder mis diferencias me dediqué a exhibirlas con descaro como seña de identidad cuando comprendí que no debía avergonzarme de ellas. Tal vez no te agrade mi companía ni te sientas cómodo en mi presencia. Eso tiene fácil solución. Quizás no te guste cómo soy, pero ese no es mi problema sino el tuyo. Puede que no estés de acuerdo con mis opiniones ni compartas ninguna de mis creencias. No te lo reprocho ni trato de convencerte de nada. Tranquilo, puedes decir lo que quieras, porque nada de eso me afecta. Ante la imposibilidad de gustar a todo el mundo, elegí gustarme a mí mismo y pago con gusto el precio de lo diferente. Ya no me planteo a quién puedan molestar mis acciones u ofender mis palabras. Porque yo no me equivoco, hago las cosas a mi manera.

No hay comentarios: