viernes, mayo 03, 2019

Sé que puedo parecer arrogante desoyendo los consejos y advertencias que resuenan a mi alrededor, como un suicida inconsciente que desdeña el futuro dirgiéndose hacia el abismo a toda velocidad. Que tomo decisiones que nadie entiende y no me molesto en explicar, que navego contracorriente sin saber nadar y que a veces soy mi peor enemigo, pero prefiero equivocarme yo a que otro acierte por mí, asumir la responsabilidad de mis éxitos y fracasos y no necesito cargar a alguien con la culpa. Es por eso que elijo siempre mi propia aventura y hago apuestas que pueden parecer demasiado arriesgadas para quien no sepa de qué va el juego. No voy a plantarme antes del final por miedo a equivocarme, no voy a someterme a los deseos cobardes de nadie, no voy a entregar las armas sin oponer un poco más de resistencia, no voy a rendirme en mitad del combate. Que nos quede al menos el inútil consuelo de escoger nuestras derrotas.

1 comentario:

Aderet Ela dijo...

Bernardo...siempre y cuando estemos siendo felices con la manera en que hemos decidido actuar y ser, todo esta bien.
Aplaudo lo de no ser carga para nadie.
Te abrazo, buen escrito,
Gracias :0)